Sahih Al-Kalim At-Taiyib

 

12.- Suplicaciones durante la oración (en rukú (inclinación), postración y asiento entre postraciones)

 

70.- Fue reportado por Huthaifa (رضي الله عنه) que el Apóstol de Alláh (صلى الله عليه وسلم) fue escuchado decir, durante su rukú (inclinación en la oración): “Subhana Rabia al-Athim” (Glorificado sea Mi Señor, el Más Grande), tres veces. Y cuando él (صلى الله عليه وسلم) se postraba decía tres veces: “Subhana Rabia Al-Ala” (Glorificado sea Mi Señor, el Más Alto).

71.- Ali (رضي الله عنه) reportó una descripción del Apóstol de Alláh en la oración: “Mientras estaba en Rukú, él (صلى الله عليه وسلم) decía: “¡Oh Alláh! A Ti yo te reverencio. En Ti yo creo. A Ti me rindo. ¡Oh Alláh! Mi oído es debido a Ti, (tanto como es) mi vista, mi cerebro, mis huesos y mis nervios”. Después de levantarse del Rukú, él (صلى الله عليه وسلم) continuaba: “Alláh escucha a aquellos quienes lo alaban a Él. ¡Oh Nuestro Señor! A Ti es debida toda la alabanza, tanta como para que llene los cielos, la tierra, la distancia entre cualquier cosa más que Tú quieras y desees”. Al postrarse, él decía: “¡Oh Alláh! A Ti yo me postro. En Ti yo creo. A Ti yo me rindo. Mi cara se postra ante Ti, quien la creó; le dio forma y abrió su oído y su vista. Bendito sea Él, el mejor de los Creadores”.

72.- Aisha (رضي الله عنها) dijo: “El Apóstol de Alláh (صلى الله عليه وسلم) siempre decía durante el Rukú y la postración: “¡Glorificado seas Tú, Nuestro Señor! Toda la alabanza es debida a Ti. ¡Oh Alláh! Discúlpame y perdóname”, en un intento de usar el significado del verso coránico: “Elabora la alabanza de Tu Señor y busca el perdón. Verdaderamente él es el Perdonador” (71:10).

 

73- El Apóstol de Alláh (صلى الله عليه وسلم) siempre decía durante el Rukú y la postración: “Glorificado seas Tú. Tú eres el Más Santo. Tú eres el Señor de los ángeles y las almas”.

74.- El Apóstol de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “¡Verdaderamente! Yo he sido ordenado para no recitar el Sagrado Corán durante el Rukú o la postración. Como para el Rukú, traten de glorificar al Señor tanto como sea posible. Pero en postración, persistan con suplicaciones tanto como ustedes puedan porque tales suplicaciones son convenientes y pueden ser cumplidas”.

75.- Awf bin Malik (رضي الله عنه) dijo: “Yo pasé una noche en oración con el Apóstol de Alláh (صلى الله عليه وسلم). Él se paró y recitó Surat Al-Baqarah, (la Vaca) del Sagrado Corán. Cada vez que él recitaba un verso que consistía en buscar la misericordia de Alláh, el Altísimo, él (صلى الله عليه وسلم) hacía una pausa y pedía a Alláh, el Altísimo por misericordia. Cada vez que él (صلى الله عليه وسلم) recitaba un verso que advertía de la tortura, él (صلى الله عليه وسلم) hacía una pausa y buscaba refugio con Alláh, al Altísimo de Su cólera. Luego, él (صلى الله عليه وسلم) se inclinaba (en Rukú) tomando un monto similar de tiempo como cuando recitaba mientras estaba de pie. Él (صلى الله عليه وسلم) decía durante su Rukú: “Toda la Gloria es debida a Él, el Altísimo, el Todopoderoso, el Todo dignificado y el Más Grande”. Luego él (صلى الله عليه وسلم) repetía lo mismo en su postración”.

76.- El Apóstol de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo al levantar su cabeza del Rukú: “Alláh escucha a quien le alaba a Él”. Luego, al levantarse, él decía: “¡Oh Nuestro Señor! Toda la alabanza te pertenece a Ti”.

77.- El Apóstol de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo al levantar su cabeza del Rukú: “¡Oh Nuestro Señor! A Ti pertenece toda la alabanza, toda lo que llene los cielos, la tierra, la distancia que hay entre ellos, y todo lo demás que Tú desees. Tú eres el merecedor de toda la alabanza y gloria. Esta es la declaración más veraz que cualquier esclavo sirviente pueda decir. Todos nosotros somos Tus esclavos sirvientes. ¡Oh Alláh! Verdaderamente no hay nadie capaz de prevenir lo que Tú has dado. ¡Oh Alláh! No hay nadie capaz de dar aquello con lo que Tú has provisto. ¡Oh Alláh! Aún la persona más afortunada no se beneficiará de la buena fortuna a menos que Tú lo declares”.

78.- Rifa bin Rafi (رضي الله عنه) dijo: Una vez estábamos rezando detrás del Apóstol de Alláh (صلى الله عليه وسلم). (Lo escuchamos decir) al levantar su cabeza del Rukú: “Alláh oye a aquel quien lo alaba a Él”. Un hombre rezando atrás de él (صلى الله عليه وسلم) dijo: “¡Oh Alláh! A Ti pertenece toda la alabanza, una purificada, plena y bendita alabanza”. Cuando él (صلى الله عليه وسلم) completó su oración, se volteó y dijo: “¿Quién dijo (esa frase)?”. El hombre dijo: “Yo lo hice”. El Apóstol de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo entonces: “Yo vi a más de treinta ángeles corriendo a registrar este hecho antes que los otros”.

79.- El Apóstol de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Lo más cercano de un esclavo sirviente a Su Señor es mientras está en postración. Por lo tanto, traten de hacer tantas suplicaciones como sea posible durante este tiempo”.

80.- El Apóstol de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo mientras estaba en postración: “¡Oh Alláh! (Por favor) perdona todos mis pecados, mayores y menores, primero y último, y los secretos y los conocidos”.

81.- Aisha (رضي الله عنها) dijo: “Una vez encontré al Apóstol de Alláh (صلى الله عليه وسلم) ausente (de mi cama). Miré y lo encontré con la planta de sus pies apuntando hacia abajo (los dedos de los pies contra el piso) mientras se postraba en oración. Él (صلى الله عليه وسلم) estaba diciendo: “¡Oh Alláh! Yo busco refugio con Tu placer de Tu cólera. Yo busco refugio con Tu perdón de Tu tortura. Yo busco refugio Contigo. Yo no puedo alabarte lo suficiente, como Tú te alabas a Ti mismo”.

82.- El Apóstol de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo entre ambas Sajdha (postraciones) (durante la pausa): “¡Oh Alláh! Perdóname ¡Oh Alláh! Perdóname”.

83.- El Apóstol de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo entre ambas Sajdha (postraciones) durante las pausas: ¡Oh Alláh! Perdóname. Sé Misericordioso conmigo. Guíame. Ayúdame. Cúrame (perdóname) y provéeme (con lo que yo necesito)”.