De la paciencia


Los Jardines de los Justos. Imam Nawawi. Capítulo III

 

(Acerca de la sinceridad y la declaración de la intención en los hechos, dichos y estados, tanto externos como internos)[1]

Sagrado Corán

 

Dijo Allah, Altísimo sea:

"¡Oh creyentes, sed pacientes y perseverantes!"[2]

(La familia de Imran /200).

"Y seréis probados con el miedo, el hambre y el dinero; en vuestras vidas y en los frutos. Y el triunfo será para los pacientes."

(La vaca /155).

"Se recompensará a los pacientes de forma ilimitada."

(Los grupos /10).

"De los asuntos más grandes, quien tuvo paciencia y supo perdonar."

(La asamblea /43).

"Ayudaos en la paciencia y en la oración, pues, verdaderamente Él está con los pacientes."

(La vaca /153).

"Y os probaremos hasta que se demuestre quienes de vosotros son los muyahidin y quienes los pacientes."

(Muhammad /31).

Y son muchas las ayat del Corán que nos incitan a la paciencia y nos explican sus excelencias.

 

 

Hadiz

1. 25.

De Abu Malik Al Hariz Ibn Asim Al Asharí, Allah esté complacido con él que el, Mensajero de Allah, Él le bendiga y le de paz, dijo:
"La purificación es la mitad del imán y la expresión de agradecimiento ‘al hamdulillah’ llena la balanza; y las expresiones de ‘Subhanallah’ y ‘al hamdulillah’, llenan lo que hay entre los cielos y la tierra; la oración es luz; y la sádaqa una prueba de la fe del que la da; y en la paciencia los asuntos se ven más claros; y el Corán será una prueba a favor o en contra; y cada uno comienza el día como vendedor de sí mismo, liberándos o condenándose."

Lo relató Muslim.

2. 26.

De Abu Saíd Ibn Sinan Al Judrí, Allah esté complacido con los dos:
"Unos hombres de los auxiliares fueron a pedir sádaqa al Mensajero de Allah, que Él le bendiga y le de paz, y les dio, después volvieron a pedirle y les dió otra vez, hasta que se le acabó lo que tenía y les dijo:

‘No me guardaría nada que pudiera daros. Pero a aquel que se abstiene de pedir, Allah le satisface sus necesidades; quien busca autosuficiencia, Allah le hará autosuficiente; y quien aspira a ser paciente, Allah le hará paciente’."

Lo relataron Al Bujari y Muslim.

3. 27.

De Abu Yahia Suhaib Ibn Sinan, que Allah esté complacido con él; el Mensajero de Allah, que Él le bendiga y le de paz, dijo:
"¡Es admirable el caso del creyente! Pues, todo asunto encierra un bien para él y esto no ocurre con otro que no sea creyente. Pues, si le llega la facilidad y es agradecido con Allah, hay un bien para él. Y si tiene paciencia ante la dificultad, también consigue un bien para él."

Lo relató Muslim.

4. 28.

De Anas, Allah esté complacido con él; dijo:
"Cuando fue más acuciante el dolor de la enfermedad que envolvía al Profeta, que la paz y la bendición de Allah sean con él, le dino Fátima, Allah esté complacido con ella: ‘¡Qué pena la de mi padre!’

Y dijo: ‘¡Ya no habrá pena para tu padre después de hoy!’

Y cuando murió dijo Fátima : ‘¡Oh padre mío, el Señor ha respondido a tu llamada . El Jardín de Al Firdaus (El paraíso) será tu morada!

¡Oh padre mío, al ángel Gabriel le comunicaremos la noticia!’

Y cuando fue enterrado dijo Fátima, Allah esté complacido con ella: ‘¿Cómo habéis podido echar tierra sobre el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le de paz?’."

Lo relató Al Bujari.

5. 29.

De Abu Zaid Usama Ibn Zaid Ibn Hariza, Allah esté complacido con los dos. que dijo:
"Una hija del Profeta, Allah le bendiga y le de paz, envió un emisario para que le comunicara que un hijo suyo estaba a punto de agonizar. Y una vez enterado de la noticia, mandó saludos a su hija y le dijo que tuviera paciencia y resignación, ya que de Allah es tanto lo que toma como lo que da y para todos ha decretado un plazo. Insistió su hija y mandó de nuevo al emisario para que viniera a verla el Mensajero de Allah, que Él le bendiga y le de paz. Así pues, se puso en marcha y con él Saad Ibn Ubada, Muad Ibn Yabal, Ubai Ibn Kaab, Zaid Ibn Zabit y otros, que Allah esté complacido con todos ellos. Al llegar le llevaron al niño, lo tomó en su regazo y sintió cómo su respiración se agitaba y palpitaba su corazón. Después los ojos del Profeta, Allah le bendiga y le de paz, derramaron lágrimas, echándose a llorar.

Y le dijo Saad: ‘¿Oh Mensajero de Allah, qué es esto?’

Le contestó: ‘Esto es compasión y ternura que Allah ha puesto en el corazón de sus siervos. Y Allah se compadece de aquellos que tienen compasión’."

Lo relataron Al Bujari y Muslim.

6. 30.

De Suhaib, que Allah esté? complacido con él; el Mensajero de Allah, que Él le bendiga y le de paz, dijo:
"Hubo una vez un rey que tenía con él a un mago y éste, al llegar a una edad avanzada, le dijo al rey: ‘Me he hecho ya viejo, envíame pues a un joven que le enseñe la magia.’ Así que le envió un muchacho para que le enseñara.

En el camino que tenía que seguir el joven había un monje cristiano con el que se sentó para escucharle, quedándose maravillado por sus palabras. De manera que siempre que pasaba en dirección a la casa del mago se sentaba con él, hasta que fue golpeado por el mago, debido a su continua tardanza y entonces se quejó al monje, que le dijo: ‘Cuando temas al mago le dices: me ha impedido llegar a tiempo mi padre o mi madre; y cuando temas a tu padre o a tu madre le dices: me ha impedido llegar a tiempo el mago.’ Y mientras él estaba en este dilema acertó a pasar por donde había una bestia enorme que tenía acorralada a una gente. Y dijo: ‘Hoy voy a saber quién de los dos tiene razón, si el mago o el monje.’ Entonces cogió una piedra y dijo: ‘¡Oh Allah, si la práctica de este monje es más querida por ti que la del mago, mata a esta bestia de forma que la gente pueda ir en paz!’ Así pues, arrojó la piedra y mató a la bestia y la gente marchó tranquilamente.

Después fue al monje y le informó de lo sucedido. Y el monje le dijo a continuación: ‘¡Hijo mío, tú, por lo que veo, hoy has alcanzado un grado más que yo. Serás puesto a prueba y si esto sucede, no le digas a nadie que fui yo quien te enseñó.’

Pasó un tiempo y el joven curaba a los ciegos de nacimiento y sanaba a los leprosos y a gente con otras enfermedades.

Se enteró de esto un consejero del rey que se había quedado ciego y vino a él con gran cantidad de regalos y le dijo: ‘¡Todo esto para ti si me curas!’

Y él le contestó: ‘Realmente yo no curo a nadie, el que cura es Allah, Altísimo sea. Si crees en Allah, yo le pido por ti y Él te curará.’ Entonces creyó y Allah, Altísimo sea, lo curó.

Después acudió a reunirse con el rey, como solía hacer y éste le preguntó: ‘¿Quién te ha devuelto la vista?’

Dijo: ‘Mi Señor.’

Y el rey le preguntó: ‘¿Acaso tienes otro señor que no sea yo?’

Dijo: ‘Mi Señor y tu Señor es Allah, Altísimo sea.’

Entonces el rey lo cogió y no cesó de castigarle hasta que le indicó cómo encontrar al joven que le había curado la vista.

Así pues, fue llevado el muchacho ante él y le dijo: ‘Hijo mío, tu magia ha alcanzado tal punto que curas sin cesar a los ciegos, a los leprosos y a muchos otros.’

Y le contestó: ‘Realmente yo no curo a nadie, quien verdaderamente cura es Allah, Altísimo sea.’

Entonces lo cogió y empezó a castigarle sin parar hasta que le dio noticias del monje. Se lo trajeron y le ordenó:

‘¡Reniega de tu Din!’.

Y como se negaba, mandó que trajeran la sierra, se la colocaron en la raya de separación del pelo de la cabeza y le separaron el cuerpo en dos mitades.

Después mandó llamar al consejero y le ordenó que renegara de su fe. Pero como se opuso le hicieron lo mismo que al monje.

Después le trajeron al joven y le dijo que renegara de su creencia, pero como se negó, lo llevó con algunos de los suyos y les dijo: ‘Llevadlo hasta la cima de la montaña tal y si no reniega de su fe, arrojadlo al abismo.’ Y cuando estaban en lo alto de la cima, dijo:

‘¡Oh Allah, si Tú quieres, líbrame de ellos por el método que desees!’

Entonces tembló la montaña con ellos y se cayeron. Y él fue caminando hasta el rey, que le preguntó: ‘¿Qué han hecho tus compañeros?’

Y dijo: ‘Allah me ha librado de ellos.’

Entonces lo mandó con otros a los que dijo: ‘Llevadlo en barco hasta alta mar y decidle que reniegue de su Din y si no, arrojadlo por la borda.’

Y cuando llegaron dijo el joven: ‘¡Oh Allah, si quieres, líbrame de ellos por el método que desees.’

Entonces, al momento volcó el barco con ellos y se ahogaron. Y él se fue andando hasta el rey que le dijo: ‘¿Qué ha sido de tus compañeros?’

Y le dijo: ‘Allah me ha librado de ellos. Y tú realmente no podrás matarme mientras no hagas lo que yo te ordene.’

Dijo el rey: ‘¿Y qué es?’

Dijo: ‘Reúne a toda la gente en un mismo lugar y átame en cruz al tronco de un árbol. Después, coge una flecha de mi canana y poniéndola en el centro del arco, di: ’En el nombre de Allah, Señor del muchacho’ y me disparas. Y si lo haces así me matarás.’

Así que reunió a la gente e hizo todo conforme le había dicho el joven y cuando iba a disparar dijo: ‘En el nombre de Allah, Señor del muchacho’; luego disparó y la flecha fue a dar en la sien del joven y murió.

Y entonces dijeron todos: ‘Creemos en el Señor del muchacho (Allah).’

Después le dijeron al rey: ‘Has visto aquello que temías que ocurriera, es decir, que la gente creyera. Pues bien, ha sucedido. Allah te ha hecho ver el motivo y te ha advertido. Pues toda la gente ha creído.’

Entonces ordenó el rey hacer zanjas en las entradas de los caminos y al tiempo que fueron cavadas, prendieron fuego en ellas y dijo: ‘¡A quien no reniegue de su Din, arrojadlo al fuego o decidle ‘arrójate’!’

Y así lo hicieron hasta que llegó una mujer con un niño que se detuvo y se acobardó.

Y le dijo el pequeño:[3] ‘¡Madre ten paciencia, que realmente tú estas en la verdad!’."

Lo relató Muslim.

7. 31.

De Anas, Allah esté complacido con él, que dijo:.
"Pasó el Profeta, que Allah le bendiga y le de paz, junto a una mujer que lloraba desesperadamente al lado de una sepultura y le dijo: ‘Teme a Allah y ten paciencia y resignación.’

Y ella le contestó: ‘Apártate y aléjate de mí, pues a ti no te ha ocurrido una desgracia como la mía ni la has conocido.’

Entonces le dijeron: ‘Es el Profeta, que Allah le bendiga y le de paz.’

Después fue a él y le dijo (en señal de disculpa): ‘¡No te reconocí!’

Y él contestó: ‘La paciencia hay que tenerla en el primer momento de la desgracia’."

Lo relató Al Bujari

8. 32.

De Abu Huraira, Allah esté complacido con él que dijo el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le de paz:
"Dijo Allah, Altísimo sea: ‘Para mi siervo creyente no habrá otra recompensa ante mí que la del Jardín, si cuando muere su amada o amado en esta vida, acepta con paciencia su desgracia’."

Lo relató Al Bujari.

9. 33.

De Aisha, Allah esté complacido con ella que le preguntó al Mensajero de Allah, Él le bendiga y le de paz:
"Acerca de la peste; él le informó de que era un castigo que Allah envía a quien quiere. Y lo ha hecho Allah, Altísimo sea, como misericordia para los creyentes.

Y el siervo que cae en la epidemia y permanece en su tierra paciente y resignado, sabiendo que su desgracia no es más que aquello que Allah, Altísimo sea, ha decretado para él, obtendrá la misma recompensa que quien muere shahíd."

Lo relató Al Bujari.

10. 34.

De Anas, Allah esté complacido con él que oyó decir al Mensajero de Allah, Él le bendiga y le de paz:
"Verdaderamente Allah, Poderoso y Sublime, dijo: ‘Si habiendo puesto a prueba a mi siervo privándole de sus ojos, ha tenido paciencia, Yo le daría a cambio de ellos el Jardín’."

Lo relató Al Bujari.

11. 35.

De Ata Ibn Abu Rabáh que dijo: Me dijo Ibn Abbas, Allah esté complacido con los dos:
"¿Quieres que te muestre una mujer de la gente del Jardín?

Y yo le contesté: ‘¡Claro que sí!’

Dijo: ‘Esta mujer negra vino al Profeta, que Allah le bendiga y le de paz, y le dijo: ‘Sufro de epilepsia y temo mostrar mi desnudez. Así que pide a Allah por mí’.’

Dijo: ‘Si soportas con paciencia la enfermedad, obtendrás el Jardín. Y si prefieres pediré a Allah para que te cure.’

Y dijo ella: ‘Tendré paciencia, pero temo por mi desnudez, así que pide a Allah para que no la muestre.’

Y así lo hizo."

Lo relataron Al Bujari y Muslim.

12. 36.

De Abu Abdurrahmán Abdullah Ibn Masúd, Allah esté complacido con él, que dijo:
"Contaba el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le de paz, cómo a uno de los profetas, sobre ellos la paz y las bendiciones de Allah, lo golpeaba su pueblo hasta hacerle sangrar. Y al mismo tiempo que limpiaba la sangre de su rostro, decía: ‘¡Oh Allah, perdona a mi pueblo, pues realmente no sabe lo que hace!’."

Lo relataron Al Bujari y Muslim.

13. 37.

De Abu Saíd y Abu Huraira, Allah esté complacido con los dos, que el Profeta, Allah le bendiga y le de paz, dijo:
"Cualquiera que fuere la desgracia que le ocurriera a un musulmán: cansancio, enfermedad, tristeza, daño, pena, dolor o incluso una espina que se clavara, serviría para que Allah lo purificara de sus faltas."

Lo relataron Al Bujari y Muslim.

15. 39.

De Abu Huraira, Allah esté complacido con él que dijo el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le de paz
"A quien Allah quiere bien, le envía una prueba (en su salud, dinero o seres queridos)."

Lo relató Al Bujari.

16. 40.

De Anas, Allah esté complacido con él que dijo el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le de paz:
"Que no desee ninguno de vosotros la muerte por un mal que le ocurra. Pues, si no tiene más remedio que decirlo o desearla, que diga: ‘¡Oh Allah, dame la vida si es que hay un bien en ello para mí y hazme morir si es que en la muerte hay un bien para mí!’."

Lo relataron Al Bujari y Muslim.

17. 41.

De Abu Abdullah Jabbab Ibn Al Arat, que Allah esté complacido con él, que dijo:
"Fuimos a quejarnos al Mensajero de Allah, Él le bendiga y le de paz, cuando estaba descansando a la sombra de la Kaaba con la cabeza apoyada sobre su manto. Y le preguntamos: ‘¿Es que no vas a pedir ayuda para nosotros en tus peticiones a Allah, contra estos idólatras que no cesan de hostigarnos?’

Y dijo: ‘Antes, cogían a los hombres y los metían en agujeros hechos en el suelo. Les ponían una sierra en la cabeza para después abrirlos en dos mitades. Y los peinaban con peines de hierro hasta que los dientes del peine llegaban al hueso, desgarrando la carne. Y ni con todas estas torturas conseguían hacerles renegar de su fe.

Y por Allah, que Él acabará con este asunto de tal forma que llegará un tiempo en el que el viajero podrá ir desde Sanaa (Yemen) hasta Hadramaut (Hiyaz) sin temer absolutamente de nadie, excepto de Allah y del lobo sobre su rebaño.[4] Sin embargo, vosotros tenéis mucha prisa (para que llegue ese tiempo)’."

Lo relató Al Bujari.

18. 42.

De Ibn Masúd, Allah esté complacido con él, que dijo
"El día de la batalla de Hunain[5] se reunió el botín y en el reparto a algunos se les dio más. Y el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le de paz, dio a Al Aqraa Ibn Habis cien camellos y a Uyaina lo mismo. Y otra buena parte también para gente de la nobleza árabe. Dándoles preferencia ese día.[6] Y dijo un hombre: ‘Por Allah que esta repartición no es justa y no se ha buscado en ella la complacencia de Allah.’

Y dije: ‘Por Allah, que se lo diré al Profeta, Allah le bendiga y le de paz.’

Así pues, fui y cuando se lo dije cambió su rostro de color y después dijo: ‘¿Si no es justo Allah ni tampoco Su Mensajero, entonces quién es justo?’ Y añadió: ‘¡Que Allah tenga misericordia de Musa que supo soportar con paciencia mucho más que todo esto!.’

Y dije: ‘Verdaderamente no volveré a transmitir más noticias como ésta’."

Lo relataron Al Bujari y Muslim.

19. 43.

De Anas, Allah esté complacido con él, que dijo el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le de paz:
"Cuando Allah quiere un bien para su siervo, le castiga por sus faltas en esta vida como prueba. Y si quiere un mal para él, lo deja para castigarlo en la otra vida hasta que pague por ella en el Día del Juicio."

Continuó diciendo el Profeta, Allah le bendiga y le de paz: "La recompensa será del tamaño de la prueba. Y cuando Allah quiere a una gente, la pone a prueba. Pues contará a favor de quien la logre pasar con paciencia y contará en contra de quien se desespere y encolerice."

Lo relató At Tirmidí (Hadiz Hasan).

20. 44.

De Anas, Allah esté complacido con él, que dijo:
"Abu Talha tenía un hijo enfermo y cuando se marchó de viaje Abu Talha murió el pequeño. Cuando regresó, preguntó a su esposa por su hijo. Y le contestó Umm Sulaim, la madre del niño: ‘Está más tranquilo que nunca’. Y a continuación le preparó la cena. Después ocurrió lo que ocurre entre un hombre y su esposa. Cuando terminaron, ella le informó de que su hijo había muerto.

Salió Abu Talha al amanecer y fue a informar de lo sucedido al Mensajero de Allah, Él le bendiga y le de paz. Y éste le preguntó: ‘¿Estuvisteis haciendo uso de vuestro matrimonio por la noche?’

Dijo: ‘Sí.’

Y dijo: ‘¡Oh Allah, dales Tu bendición!’

Así que quedó la mujer embarazada y dio a luz un varón. Entonces me dijo Abu Talha: ‘Tómalo y llévalo al Profeta, Allah le bendiga y le de paz’. Y llevó consigo algunos dátiles.

Al llegar le dijo que si tenía algo de comer. Y dijo: ‘Sí, dátiles.’

Así que cogió un dátil, lo masticó y lo sacó de su boca para ponerlo en la boca del niño y frotarle con él en el paladar y le puso de nombre Abdullah."

Lo relataron Al Bujari y Muslim.

Y en otro relato de Al Bujari dijo Ibn Huyaina:

"Dijo un hombre de los ansár: ‘Pude ver cómo nueve hijos de Abdullah habían memorizado el Corán’."

Y en otro relato de Muslim:

"Murió un hijo de Abu Talha y Umm Sulaim. Y ésta dijo a su familia que no informaran a Abu Talha de la muerte de su hijo hasta que ella lo hiciera. Cuando llegó, ella le preparó la cena, de la que comió y bebió. Después se embelleció más que nunca para agradarle y llamar su atención, de tal modo que tuvieron relaciones conyugales.

Cuando vio que había quedado totalmente satisfecho, después de haber cohabitado con ella, le dijo:

‘¿Abu Talha, si una gente fuese a pedir a la gente de otra casa que le devolvieran aquello que le habían prestado, porque lo necesitaban, ellos se lo negarían?’

Contestó: ‘¡No!’

Y dijo ella: ‘¡Pues ten paciencia y serás recompensado porque tu hijo ha muerto!’

Y él se enojó diciendo: ‘¡Me dejaste incluso cohabitar contigo y después me diste la noticia de la muerte de mi hijo!’

Fue a ver al Profeta, Allah le bendiga y le de paz, que cuando le informó de lo ocurrido hizo una petición a Allah diciendo: ‘¡Qué Allah bendiga vuestra unión de esa noche!’

Y ella quedó embarazada por la báraka de la petición del Profeta, Allah le bendiga y le de paz."

.

21. 45.

De Abu Huraira, Allah esté complacido con él, que dijo
"¡No es más fuerte el buen luchador sino aquel que controla su ira!"

Lo relataron Al Bujari y Muslim.

22. 46.

De Suleiman Ibn Surad, Allah esté complacido con él, que dijo:
"Estaba sentado con el Profeta, Allah le bendiga y le de paz, mientras que dos hombres se estaban insultando. Uno de ellos enrojeció y montó en cólera. Y dijo el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le de paz: ‘Realmente yo se una frase que, si se pronunciara, desaparecería al momento ese estado. Y es: ‘audu billahi minash shaitani rayim’ (me refugió en Allah contra shaitán, el maldito).

Y le dijeron: ‘El Profeta, Allah le bendiga y le de paz, ha dicho que te refugies en Allah contra shaitán, el maldito’."

Lo relataron Al Bujari y Muslim.

23. 47.

De Muadh Ibn Anas, Allah esté complacido con él, que dijo el Profeta, Allah le bendiga y le de paz:
"A quien contenga su ira, pudiendo haber actuado, Allah le dejará elegir la que quiera de las huríes,[7] en presencia de todas las criaturas el Día del Juicio.

Lo relataron At Tirmidí y Abu Daud (Hadiz Hasan).

24. 48.

De Abu Huraira, Allah esté complacido con él, que un hombre dijo al Profeta, Allah le bendiga y le de paz:
"Aconséjame algo para esta vida.

Dijo: ‘¡No te encolerices!’

Se lo volvió a preguntar varias veces y le dijo lo mismo: ‘¡No te encolerices!’."

Lo relató Al Bujari.

25. 49.

De Abu Huraira, Allah esté complacido con él, que el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le de paz, dijo:
"Si la desgracia (prueba) acompaña al creyente y la creyente en su salud, hijos y riqueza, llegará al encuentro con Allah sin que tenga que rendir cuenta de ninguna de sus faltas."

Lo relató At Tirmidí (Hadiz Hasan Sahih).

26. 50.

De Ibn Abbas, Allah esté complacido con los dos, que dijo:
"Llegó Uyaina Ibn Hisnin de visita a casa de su sobrino Al Hur Ibn Qais, que era uno del grupo más próximo a Umar, Allah esté complacido con él. Y a Umar le gustaba rodearse de gente de conocimiento, fuesen jóvenes o mayores. Y también era de los recitadores del Corán y miembro del consejo del emir. Y le dijo Uyaina a su sobrino:

‘Sobrino, tú que tienes influencia ante el emir, pídele permiso para que me reciba.’

Le dio permiso Umar y cuando entró, dijo: ‘¡Oye Ibn Al Jattáb, por Allah, tú no nos das mucho y no gobiernas entre nosotros con justicia!.’

Y se enojó tanto Umar, Allah esté complacido con él, que quiso golpearlo. Pero le dijo Al Hur: ‘¡Oh Emir de los creyentes, ciertamente Allah, Altísimo sea, dijo a Su Profeta, Allah le bendiga y le de paz,!: ‘Acepta el perdón, ordena lo que es lícito y no recrimines a los ignorantes.[8] Y este es uno de los ignorantes.’

Y por Allah que se detuvo Umar ante el Libro de Allah, Altísimo sea (acatándolo)."

Lo relató Al Bujari.

27. 51.

De Ibn Masúd, Allah esté complacido con él que el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le de paz, dijo:
"’Verdaderamente, ocurrirán después de mí hechos como la falta de justicia en la distribución de la riqueza en general, y otros asuntos que censuraréis.’

Preguntaron: ‘¿Oh Mensajero de Allah, qué nos ordenas que hagamos a los que lleguemos a conocer eso?’

Dijo: ‘Dad a cada uno lo que es suyo de lo que debáis y pedid a Allah aquello que os pertenezca’."

Lo relataron Al Bujari y Muslim.

28. 52.

De Abu Yahia Usaid, Allah esté complacido con él que un hombre de los auxiliares dijo al Profeta, Allah le bendiga y le de paz:
"’¿Oh Mensajero de Allah, no me vas a dar un empleo como el que le diste a fulano?’

Le contestó: ‘Realmente, vosotros os encontraréis después de mí con tratos injustos de unos con otros. Tened paciencia pues, hasta que os veáis conmigo en el Día del Juicio’."

Lo relataron Al Bujari y Muslim.

29. 53.

De Abu Ibrahim Abdullah Ibn Aufa, Allah esté complacido con los dos, que el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le de paz:
"Estando un día en una de las batallas contra el enemigo incrédulo e idólatra, esperó a que decayera el sol y habló a la gente diciendo:

‘¡Oh gentes, no deseéis el enfrentamiento con el enemigo y pedid a Allah que os ponga a salvo. Pero cuando os enfrentéis a él, hacedlo con paciencia y sabed que el Jardín está bajo la sombra de las espadas!’

Después añadió el Profeta, Allah le bendiga y le de paz, suplicando a Allah:

‘¡Oh Allah, Tú que has hecho descender el Libro, que haces correr las nubes y que derrotas a los partidos enemigos. Derrótalos y concédenos la victoria sobre ellos!’."

Lo relataron Al Bujari y Muslim.

Y por Allah es el éxito.

Notas del Capítulo III

[1] La sinceridad es la base fundamental para el cultivo en el hombre de las virtudes y buenas cualidades contenidas en el Islam. Y todas las acciones están condicionadas por la sinceridad de la intención. Pues, si ésta es sana, todas las acciones se convierten en actos de adoración.

[2] En cuanto a oponer resistencia al enemigo en todos los estados y situaciones.

[3] El niño habló milagrosamente ante la angustia de su madre.

[4] Esta frase hace referencia al temor por las enfermedades u otros problemas inherentes de la propia naturaleza del ser humano.

[5] Valle situado entre Meca y Taif.

[6] Fueron más favorecidos en el reparto del botín por ser los musulmanes más recientes y más débiles en su creencia.

[7] Las más bellas mujeres del Paraíso.

[8] (Al Aaraf /197).