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Descripción de la ablución menor.

 

 

Pregunta

 

Por favor hermano, ¿podría usted describir para mí cómo uno debe realizar la ablución menor? Y también, ¿podría explicarme cómo recitar el Versículo del Trono en árabe pero con transliteración fonética al castellano? Porque yo tengo muchas ganas de aprender ese hermoso verso, donde el Todopoderoso ha mencionado mucho acerca de Sí mismo. Por favor, le agradecería que me responda esto, porque mi corazón anhela mucho esto. Que Dios bendiga a nuestro amado Profeta, a su familia y a sus compañeros.

Texto de la respuesta

Alabado sea Dios

En primer lugar, alabamos a Dios por haberte guiado y haber abierto tu corazón. Le pedimos que nos de firmeza a nosotros y a ti para seguir su camino y obedecerle.

Apreciamos tus esfuerzos por aprender acerca de tu religión y te aconsejamos esforzarte en adquirir el conocimiento de ella, para que tus actos de culto sean correctos y aceptados por Dios. Intenta aprender la lengua árabe para que seas capaz de leer el Sagrado Corán y comprenderlo apropiadamente. Le pedimos a Dios que te bendiga con el conocimiento beneficioso.

 

Con respecto a la ablución menor, conocida en árabe como wudu', hay dos maneras de realizarla.

1 – Realizar los requerimientos obligatorios mínimos de la ablución menor, que son los siguientes:

a)  Lavar el rostro completamente, lo cual incluye la nariz y la boca, una vez.

b) Lavar los antebrazos hasta los codos, incluyéndolos, una vez.

c) Pasar la mano húmeda por la cabeza una vez, incluyendo por las orejas por dentro y por fuera.

d) Lavar los pies hasta los tobillos incluidos, una vez.

Lo que significa “una vez” en todos los pasos arriba expuestos es que la parte del cuerpo mencionada debe ser lavada completamente para que la ablución sea válida.

e) Estos pasos deben ser realizados en orden. Uno debe lavar primero el rostro, luego los antebrazos, luego pasar la mano por la cabeza, luego lavar los pies, porque el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) lo hizo así.

f) Estos pasos deben ser realizados uno a continuación del otro, es decir, cada parte del cuerpo debe ser lavada en un solo procedimiento general, sin largas interrupciones entre el lavado de una parte y otra.

Estos son los requisitos básicos para que la ablución sea válida. La evidencia de que estos pasos son obligatorios es el verso en el cual Dios dijo (traducción del significado):

“¡Oh, creyentes! Cuando os dispongáis a hacer la oración lavaos el rostro y los brazos hasta el codo, pasaos las manos por la cabeza y [lavaos] los pies hasta el tobillo. Si estáis en estado de impureza mayor, purificaos. Y si estáis enfermos o de viaje, o alguno de vosotros viene de hacer sus necesidades, o habéis tenido relaciones con vuestras mujeres y no encontráis agua, recurrid a tierra limpia y pasáosla por el rostro y las manos. Allah no quiere imponeros ninguna carga, sólo quiere purificaros y completar Su gracia sobre vosotros para que seáis agradecidos” (Al-Má'idah, 5:6).

2 – Procedimiento recomendable para la ablución. Fue narrado en los reportes auténticos de la Tradición Profética y los detalles son los siguientes:

a) Tener en mente la intención de purificarse tanto interna como externamente para realizar la oración. Esta intención no debe ser pronunciada en voz alta ni tampoco mentalmente, porque eso es una innovación. El lugar de la intención es el corazón, no la boca. Esto se aplica a todos los actos de culto en el Islam.

b) Decir “bismilláh” (en el nombre de Dios).

c) Lavarse las manos tres veces comenzando por la derecha, tanto las palmas como los dorsos.

d) Lavarse la boca tres veces haciendo buches, y lavarla por fuera. Lavarse la nariz por fuera y por dentro, haciendo que el agua ingrese en las fosas nasales con cuidado y expulsándola luego, sonándose la nariz con la mano izquierda.

e) Lavarse el rostro tres veces, desde donde se une la frente con el cabello hasta debajo de la barbilla, y desde el límite donde se une la mejilla con la oreja hasta el otro. El varón debe lavar también su barba haciendo que el agua penetre en ella hasta la piel, porque esta es una parte importante de su rostro. Si su barba es corta y ligera será fácil hacerlo, y si es larga o espesa debe comenzar lavando la superficie y luego introducir el agua con la mano, pasando los dedos húmedos por ella a modo de peine, si es posible.

f) Lavar los antebrazos hasta cubrir los codos, tres veces, comenzando por el derecho. Se debe recoger el agua con el hueco de las manos, y luego levantar la mano hasta que el agua corra por la cara interna del antebrazo como hacen los médicos, y luego frotar con ella todo el antebrazo, incluyendo las manos, debajo de las uñas, y los codos. Es esencial remover con el agua cualquier mancha que uno encuentre, como polvo, barro, pintura, etc., especialmente si puede evitar que el agua entre en contacto con alguna parte de la piel.

g) Pasar la mano húmeda por la cabeza y frotar las orejas mojando las manos nuevamente, no usando el agua remanente en los antebrazos. La forma de frotar la cabeza es colocar las manos húmedas sobre la frente con los pulgares frente a los oídos, y deslizarlas hacia atrás hasta la nuca de ida y de vuelta. Luego se colocan las puntas de los dedos índices dentro del oído, y con los pulgares de frota todo el dorso de la oreja. En el caso del cabello de las mujeres, debe pasar la mano húmeda sobre él si está suelto o trenzado, desde la frente hasta la nuca o el cuello, pero no necesita pasar la mano húmeda por todo el largo del cabello.

h) Lavar los pies tres veces hasta los tobillos comenzando por el derecho, e incluyendo la zona debajo de los nudillos (maléolos).

La evidencia para esto es el reporte narrado por Humrán, el esclavo liberto de ‘Uzmán, quien dijo que ‘Uzmán Ibn ‘Affán (que Dios esté complacido con él) pidió agua para hacer la ablución. Lavó sus manos tres veces, luego se lavó la boca y la nariz, luego lavó su rostro tres veces, luego lavó su antebrazo derecho tres veces, luego hizo lo mismo con el izquierdo. Luego pasó la mano húmeda por su cabeza, luego lavó su pie derecho hasta el tobillo tres veces, y luego hizo lo mismo con el izquierdo. Entonces dijo: “Yo vi al Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) hacer la ablución menor como la he hecho, y luego él dijo: “Quien haga la ablución como yo la he hecho, luego rece dos módulos de oración y se concentre completamente en su oración, Dios le perdonará sus pecados previos”.”. Narrado por Muslim, At-Tabárah, 331.

Las condiciones para que la ablución sea válida para rezar son: ser musulmán, estar sano mentalmente, haber alcanzado la edad del discernimiento, y tener la intención de realizarlo como acto de culto. La ablución no es válida como acto de culto para quien niega la fe, para la persona demente, para el niño pequeño que no comprende su significado, o para quien no tiene la intención de hacerla como acto de culto, sino de refrescarse, por ejemplo. El agua debe ser limpia para ser pura, de lo contrario no puede ser usada para esta purificación ritual. Uno debe también retirar cualquier prenda, apósito, u objeto que pueda impedir que el agua alcance la piel o las uñas, como por ejemplo las pinturas de uñas.

De acuerdo a la mayoría de los eruditos, uno debe decir “bismilláh” (en el nombre de Dios), pero difieren sobre si esto es un requisito obligatorio o un acto recomendable de la Tradición Profética. Si uno recuerda decirlo antes de hacer la ablución, es mejor, de lo contrario uno puede decirla durante o al final de ella, cuando lo recuerde.

Con respecto a las normas de la ablución, no hay diferencias en lo que se aplica al hombre o a la mujer.

Es recomendable decir cuando uno ha completado la ablución: “Ash hádu an lá iláha ílla Allah, wáhdahu lá sharika láh, wa ash hádu ánna Muhámmadan ‘abduhu wa rasulu (Atestiguo que no hay más divinidad que Dios, solo y sin asociados, y atestiguo que Muhámmad es Su servidor y enviado)”, porque el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “No hay uno entre ustedes que realice la ablución menor, y la haga correctamente, y luego diga “Ash hádu an lá iláha ílla Allah, wáhdahu lá sharika láh, wa ash hádu ánna Muhámmadan ‘abduhu wa rasulu”, sin que las puertas del Paraíso se abran para él, y pueda ingresar por cualquiera que desee”. Narrado por Muslim, At-Tahárah, 345. La versión narrada por At-Tirmidi agrega: “Allahúmma iy’alni min at-tawabínna wa iy’alni min al-mutatahhirínna (Dios nuestro, házme de los arrepentidos y de los purificados)” (At-Tahárah, 50). Clasificado como auténtico por Al-Albani en Sahih Sunan Abu Dawud, No. 48. 

Ver: Al-Mulájjas al-Fiqhi, por al-Fawzán, 1/36.

Con respecto a lo que dices “que Dios tenga misericordia del Profeta”, lo que está prescripto en el Islam es enviarle las bendiciones y la paz, como Dios nos ordenó cuando dijo (traducción del significado):

“Ciertamente Allah y Sus Ángeles bendicen al Profeta. ¡Oh, creyentes! Pedid bendiciones y paz por él” (Al-Ahzáb, 33:56).

Y Allah sabe más.

 

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