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El libro de las penas casería en hayy - 31

 

I • Y así lo hizo. Yo dije: ‘¡Mensajero de Dios! Caza- mos un asno salvaje y aún nos sobra de su carne’. El Mensajero de Dios (B y P) dijo a sus sahabas: «Comed» y todos estaban en estado de ihrâm’.

 

II • El muhrim no puede ayudar a alguien fuera del ihrâm a ca- zar

885. Abû Qatâda dice, en otra versión: ‘Esta- bamos con el Profeta (B y P) en Al-Qâha, a tres etapas de distancia de Medina. Algunos estaban con ihrâm y otros no’. Luego menciona el resto del hadiz.

 

III • El muhrim no debe señalar la presa para que alguien fuera del ihrâm la cace

886. Abû Qatâda dice en otra versión: Que cuando llegaron ante el Mensajero de Dios (B y P) él les preguntó: «¿Alguno de vosotros ordenó a Abû Qatâda que se lance sobre la presa o se la se- ñaló para que la cace?» Dijeron: ‘No’. Dijo. «En- tonces comed de lo que resta de la carne».

 

 

IV • Si alguien ofrece regalar un asno salvaje a un muhrim él no debe aceptar

887. ‘Abdullah bin ‘Abbâs relató que Al-Sâ‘b bin Ÿazzâma Al-Layzi dijo que regaló al Mensaje- ro de Dios (B y P) un asno salvaje mientras estaba en Al-Abwâ’ o en Waddân y el Mensajero de Dios (B y P) lo rechazó; cuando vio el malestar en su cara, le dijo: «En verdad que no te lo rechazamos sino porque estamos en ihrâm».

 

V• Lo que el muhrim puede matar en el haram (el santuario de Makka)

888. ‘Âisha relató que el Mensajero de Dios (B y P) dijo: «Cinco de los animales son dañinos y se pueden matar en el haram: El cuervo, el gavi- lán, el escorpión, la rata y el perro rabioso».

889. ‘Abdullah relató: ‘Mientras acompañá- bamos al Profeta (B y P) en una cueva de Mina, cuando se le reveló la sura Al-mursalát, él la recitó y yo la oí de su boca tras que la recitó. De pron- to, una serpiente saltó hacia nosotros y el Profe- ta (B y P) dijo: «Matadla». Corrimos para matar- la pero huyó rápidamente. El Profeta (B y P) dijo: «Escapó de vuestra maldad y vosotros os salvas- teis de la suya»’.

890. ‘Âisha, esposa del Profeta (B y P), relató: ‘El Mensajero de Dios (B y P) se refirió a la lagar- tija común como «animalillo dañino», pero no oí que nos ordene matarlo’.

 

VI • El combate en Makka no es permitido

891. ‘Abdullah bin ‘Abbâs dijo: ‘El Mensajero de Dios (B y P) dijo el día que conquistó Makka: «No habrá más emigración, pero sí ÿihâd y la intención de hacerlo. Si se os convoca (para el ÿihâd) debéis acudir»’.

 

VII • La extracción de sangre al muhrim

892. Ibn Buhayna dijo: ‘El Profeta (B y P) se hizo extraer sangre mientras estaba en estado de ihrâm; del centro de su cabeza, en Lahyi Yamal’.

 

VIII • El casamiento del muhrim

893. ‘Abdullah bin ‘Abbâs relató que el Profe- ta (B y P) se casó con Maymûna mientras estaba con ihrâm.

 

IX • El baño del muhrim

894. Se le preguntó a Abû Ayyûb Al-Ansârí, mientras tomaba un baño: ‘¿Cómo se lavaba la ca- beza el Mensajero de Dios (B y P) cuando estaba con ihrâm?’ Abû Ayyûb tomó la tela que lo cubría y la fue tirando hasta que descubrió su cabeza para quien le preguntó. Luego le dijo a la persona que le vertía el agua: ‘Vierte’. Y le vertió agua so-

bre su cabeza; luego se frotó la cabeza con ambas manos, por delante y por detrás. Dijo: ‘Así vi que hacía el Mensajero de Dios (B y P)’.

 

X• Entrar al Haram y a Makka sin ihrâm

895. Anas bin Mâlik relató que el Mensajero de Dios (B y P) entró el día de la conquista (de Makka) con un casco sobre su cabeza . Cuando se lo quitó, vino un hombre y le dijo: ‘Ibn Jatl está colgado de las cubiertas de la Ka‘ba’. Dijo: «Má- tenlo».

 

XI • El haÿÿ para cumplir un voto por algún difunto y el hombre que hace haÿÿ por una mujer

896. ‘Abdullah bin ‘Abbâs relató que una mujer de Ÿuhayna llegó ante el Profeta (B y P) y le dijo: ‘Mi madre hizo un voto de hacer el haÿÿ pero no lo hizo hasta que murió. ¿Puedo hacer el haÿÿ por ella?’ El Profeta (B y P) respondió: «Sí, haz el haÿÿ por ella. Si tu madre tuviese una deuda ¿No la pa- garías? Paga, pues, la deuda de Dios, pues Dios es quien más merece el cumplimiento».

 

XII • La peregrinación de los menores

897. Al-Sâ‘ib bin Yazîd dijo: ‘Se me hizo hacer el haÿÿ con el Mensajero de Dios (B y P) cuando yo tenía siete años de edad’.

 

XIII • La peregrinación de las mujeres

898. ‘Abdullah bin ‘Abbâs dijo: ‘Cuando el Pro- feta (B y P) volvió del haÿÿ dijo a Umm Sinân Al- Ansâriyya: «¿Qué te impidió hacer el haÿÿ?» Ella dijo: ‘Abû Fulano –se refería a su esposo–, el te- nía dos camellos, sobre uno hizo el haÿÿ y el otro lo usamos para regar nuestras tierras’. El Profeta (B y P) dijo: «Una ‘umra en Ramadán equivale al haÿÿ conmigo».

899. Abû Sa‘îd, quien participó en doce cam- pañas militares con el Profeta (B y P), dijo: ‘Hay cuatro cosas que oí del Mensajero de Dios (B y P) y me admiran y las aprecio:

1. «Ninguna mujer debe viajar la distancia de dos días de viaje sin su esposo o un familiar.

2. No se permite ayuno alguno en dos días: En ‘îd ul-fitr y ‘îd ul-adhá.

3. Dos oraciones (supererogatorias) están pro- hibidas después de dos oraciones: Después del ‘asr hasta el ocaso y después del faÿr hasta la sali- da del sol.

4. No se debe peregrinar sino a tres mezquitas: La mezquita del haram (la Ka‘ba), mi mezquita (en Medina) y masÿid ul-Aqsa (el templo de Je- rusalén)»’.

 

XIV • Quien hizo el voto de ir hasta la Ka‘ba caminando

900. Anas relató que el Mensajero de Dios (B y P) vio a un anciano recargándose en sus dos hijos. Preguntó: «¿Qué le pasa a éste?» Le dijeron: ‘Hizo una promesa, la de ir caminando (hasta la Ka‘ba)’. El dijo: «Ciertamente Dios no necesita que este anciano se torture a si mismo». Y ordenó que monte.

901. ‘Uqba bin ‘Âmir dijo: ‘Mi hermana hizo un voto de ir caminando hasta la casa de Dios (la Ka‘ba). Así que me mandó consultar la opinión (legal) del Profeta (B y P) para ella. Consulté al Profeta (B y P) y él dijo: «Que camine un poco y que monte otro poco»’.

 

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