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Libro Salat del Viernes-13


I• La prescripción de salat al-ÿum‘a

 

492. Abû Huraira relató que oyó al Mensajero de Dios (B y P) decir: «Nosotros (los musulma- nes) somos los últimos pero prevaleceremos en el Día de la Resurrección. A pesar que ellos recibie- ron las Sagradas Escrituras antes que nosotros y que este día (el viernes) es el que Dios les prescri- bió, ellos tuvieron diferencias entre sí al respecto. Dios nos guió, pues; así que la gente en este tema vienen detrás de nosotros: (El día sagrado de) los judíos es mañana (el sábado) y los cristianos pa- sado mañana (el domingo)».

 

II • Perfumarse para ir a salat al-ÿum‘a

493. Abû Sa‘îd Al-Judrî dijo: ‘Yo doy testimo- nio de que el Mensajero de Dios (B y P) dijo: «El baño del ÿum‘a es obligatorio para todos los que alcanzaron la pubertad; y lavarse los dientes con cepillo y usar perfume si puede»’.

 

 

III • Las virtudes del salat del ÿum‘a

494. Abû Huraira relató que el Mensajero de Dios (B y P) dijo: «Quien toma un baño el día viernes, como el baño para quitar la ÿanâba y sale (temprano) hacia la mezquita, es como si hubiera sacrificado un camello (por Dios); quien sale en la segunda hora es como si hubiera sacrificado una vaca. Quien sale en la tercera hora es como si hu- biese sacrificado un carnero con cuernos. Quien sale en la cuarta hora es como si hubiera sacrifi- cado una gallina. Y quien sale en la quinta hora es como si hubiera ofrendado un huevo. Cuando el imâm sale para hacer el sermón los ángeles se dis- ponen para oír la jutba».

 

IV • Vertirse aceite (perfumado) en la cabeza para el ÿum‘a

495. Salmân Al-Fârisi relató que el Profeta (B y P) dijo: «Un hombre que se baña el viernes, purificándose lo más que puede, virtiéndose óleo perfumado en la cabeza o echándose perfume de su casa, y luego sale y no se sienta entre dos (que estaban sentados juntos), reza lo que se le prescri- bió y se queda callado mientras el imâm pronun- cia la jutba; tendrá todos sus pecados perdonados entre ese viernes y el anterior».

496. Tawûs dijo: ‘Mencioné a ‘Ibn ‘Abbâs que la gente comentaba que el Profeta (B y P) había dicho: «Bañaos el viernes; y lavaos la cabeza, aun- que no estéis en ÿanâba; y perfumaos». Él me res- pondió: ‘El baño: Sí (es esencial); pero el perfume: Pues no sé».

 

V• Vestirse con la mejor ropa que encuentre

497. ‘Abdullah bin ‘Umar relató que ‘Umar bin Al-Jattâb vio una capa de seda que se vendía en la puerta de la mezquita y dijo: ‘¡Mensajero de Dios! ¿Y si te compras esta capa y la vistes para el ÿum‘a y para recibir a las delegaciones que vienen a ti?’ El Mensajero de Dios (B y P) le dijo: «Esto lo viste una persona que no tendrá recompensa en la Otra Vida». Tiempo después, unas capas similares fue- ron entregadas al Mensajero de Dios (B y P) y él le dio una de ellas a ‘Umar. ‘Umar dijo: ‘¡Mensa- jero de Dios! ¿Me das esta capa después de los co- mentarios que hiciste sobre la capa de ‘Utârid (el comerciante que vendía la capa en la puerta de la mezquita)?’. El Mensajero de Dios (B y P) res- pondió: «No te la dí para que la uses». Así que ‘Umar se la dio a uno de sus hermanos paganos en Makka para que la vista.

 

VI • Cepillarse los dientes con el siwâk los viernes

498. Abû Huraira dijo: ‘El Mensajero de Dios (B y P) dijo: «Si no fuera a causar dificultades a mi nación –o dijo: A la gente– les ordenaría cepi- llarse con el siwâk para cada salat»’.

499. Anas dijo: El Mensajero de Dios (B y P) dijo: «Os he dicho muchas veces que uséis el siwâk».

 

VII • Lo que se recita del Corán en salat ul-faÿr el día viernes

500. Abû Huraira dijo: ‘El Profeta (B y P) so- lía recitar en el faÿr del viernes: La sura Al-Saÿda (sura 32) y la sura Al-Dahr (sura 76)’.

 

VIII • Salat ul-ÿum‘a en los pueblos y las ciudades

501. Ibn ‘Umar dijo: ‘Oí al Mensajero de Dios (B y P) decir: «Todos vosotros sois pastores y to- dos vosotros sois responsables por vuestro re- baño. El Imâm es responsable por su rebaño. El hombre es pastor en su familia y responsable por su rebaño. La mujer es pastora en la casa de su marido y es responsable por su rebaño. El sirvien- te es pastor en los bienes de su amo y es respon- sable por su rebaño». Y pienso que también dijo: «Y el hombre es pastor de los bienes de su padre y es responsable por su rebaño. Y todos vosotros sois pastores y sois responsables por vuestros re- baños»’.

 

IX • ¿El baño del ÿum‘a es obligato- rio también para quienes no tie- nen la obligación de asistir al salat del ÿum‘a?

502. Abû Huraira relató que el Mensajero de Dios (B y P) dijo: «Nosotros somos los últimos entre las naciones...» (ver hadiz Nro. 492). Y agre- gó: «Es obligatorio para cada musulmán bañar- se cada siete días. Y deberá lavarse la cabeza y el cuerpo».

 

X• Desde qué distancia se debe asistir al ÿum‘a y sobre quién es obligatorio

503. ‘Âisha dijo: ‘La gente venía el día del ÿum‘a desde sus hogares y desde Al-‘Awâli (las afueras de Medina; a unos 6 kilómetros de la mez- quita). La gente solía pasar por ventiscas y llega- ban llenos de polvo y sudor, así que el sudor los afectaba. Uno de ellos vino ante el Mensajero de Dios (B y P) mientras estaba conmigo. El Profeta (B y P) le dijo: «Si os purificáis para este vuestro día (sería mejor)»’.

504. ‘Âisha también dijo: ‘La gente trabajaba para ganarse el sustento. Cuando asistían al salat del ÿum‘a lo hacían tal y como estaban en sus tra- bajos; así que se les dijo: Si os bañáis (sería me- jor)’.

505. Anas bin Mâlik relató que el Profeta (B y P) hacía el salat del ÿum‘a inmediatamente después del mediodía.

 

XI • Si el calor es muy fuerte el viernes

506. Anas también relató que si hacía mucho frío el Profeta (B y P) adelantaba el salat y si hacía mucho calor lo retrasaba; se refería al ÿum‘a.

 

XII • Caminar al salat del ÿum‘a

507. Abû ‘Abs dijo, mientras iba al salat del ÿum‘a: ‘Oí al Mensajero de Dios (B y P) decir: «Dios salvará del fuego a quien se empolve los pies en la causa de Dios»’.

 

XIII • Un hombre no debe levantar a su hermano para sentarse en su lugar

508. Ibn Ÿurayÿ dijo: ‘Oí a Nâfi’ relatando que Ibn ‘Umar dijo: ‘El Profeta (B y P) prohibió que

un hombre haga que otro hombre se levante para ocupar su asiento’. Yo pregunté a Nâfi’: ‘¿Es sólo para el salat del ÿum‘a?’ El me dijo: ‘Es para el ÿum‘a y para los demás».

 

XIV • El adhân del ÿum‘a

509. Al-Sâib bin Yazîd dijo: En la época del Profeta (B y P), de Abû Bakr y de ‘Umar el primer llamado se hacía cuando el Imâm se sentaba en el púlpito (mimbar). Pero cuando ‘Uzmân fue Cali- fa y los musulmanes aumentaron en número, un tercer llamado se añadió en Al-Zawrâ (un lugar en el mercado de Medina).

 

XV • Un solo muecín el día del ÿum‘a

510. Al-Sâib bin Yazîd también dijo: ‘En vida del Profeta (B y P) había un solo muecín y el Ad- hân se realizaba sólo después de que el imam to- maba asiento (en el púlpito)’.

 

XVI • El imâm debe repetir las frases del adhan del ÿum‘a mientras toma asiento en el púlpito

511. Abû Umâma bin Sahl relato que mientras Mu‘âwiya estaba sentado en el mimbar, el mue- cín pronunció el adhân diciendo: Allahu Akbar Allahu Akbar (Dios es el más grande, Dios es el más grande). Mu‘âwiya dijo: ‘Allahu Akbar All- ahu Akbar’. El muecín dijo: Ashhadu an la iláha illa Allâh (doy testimonio que no hay más Dios sino Dios). Mu‘âwiya dijo: ‘Yo también’. El mue- cín dijo: Ashhadu anna Muhammadan rasûlullah (doy testimonio de que Muhammad es Mensajero de Dios). Mu‘âwiya dijo: ‘Yo también’. Cuando se terminó el adhân, Mu‘âwiya dijo: ‘¡Gentes! Yo oí al Mensajero de Dios (B y P) en este mismo asien- to, cuando el muecín pronunciaba el adhân, decir lo que me oísteis decir».

 

XVII • La jutba sobre el púlpito

512. En el hadiz que habla sobre el púlpito (Nro. 249), Sahl bin Sa‘d añade en esta versión: ‘Cuando terminó el salat, el Profeta (B y P) se volvió hacia la gente y dijo: ‘¡Oh gente! Hice así para que me sigáis y aprendáis mi salat».

513. Ÿâbir bin ‘Abdallah dijo: ‘El Profeta (B y P) solía levantarse sobre un tronco de palme- ra (para pronunciar la jutba). Cuando se situó el púlpito oímos que el tronco emitía un llanto pa- recido al de la camella embarazada hasta que el Profeta (B y P) se bajó del púlpito y posó su mano sobre él’.

 

XVIII • Pronunciar la jutba de pie

514. Ibn ‘Umar dijo: ‘El Profeta (B y P) pro- nunciaba la jutba de pie; luego se sentaba y luego se ponía de pie, como hacéis hoy’.

 

XIX • Quien dijo: amma ba‘d en la jut- ba después de alabar a Dios

515. ‘Amrû bin Taglib relató que se le trajo al Mensajero de Dios ciertos bienes o botines y él los distribuyó. Dio a algunos e ignoró a otros. Des- pués se enteró que los ignorados lo habían criti- cado. Así que glorificó y alabó a Dios y luego dijo: «Amma ba‘d: ¡Por Dios! Yo doy a algunos e ignoro a otros, a pesar de que aquel a quien ignoro me es más querido que aquel a quien doy. Sin embargo, yo doy a los que veo con menos paciencia y que no están contentos en su corazón con lo que Dios les ha dado; e ignoro a los que son pacientes y es- tán contentos con el bien y la fortuna que Dios les dio, entre ellos está ‘Amrû bin Taglib». ‘Amrû agregó: ‘¡Por Dios! Esas palabras del Mensajero de Dios (B y P) me son más queridas que los me- jores camellos rojos’.

516. Abû Humayd Al-Sâ‘idi relató que el Mensajero de Dios (B y P) se levantó una noche

(1) Amma ba‘d: ar. “en cuanto a lo que sigue”. Es una frase que se usa en árabe para separar la introducción, que generalmente consiste en alabanzas a Dios, del cuer- po mismo del discurso.

(2) ‘Amrû bin Taglib, era de la tribu Al-Namr bin Qâ- sit. Emigró hacia el Profeta (B y P), quien le dijo: «Yo doy a un hombre y no doy a otro, y al que no le doy es más querido para mí que ese a quien le di... y no doy a otros porque en sus corazones hay riqueza y bien», en referen- cia a ‘Amru.

después del salat, glorificó y alabó a Dios y dijo: «Amma ba‘d».

517. Ibn ‘Abbâs dijo: ‘El Profeta (B y P) subió al mimbar, y fue la última vez que se sentó allí, con un manto alrededor de sus hombros y con un vendaje con aceite alrededor de su cabeza. Glori- ficó y alabó a Dios, luego dijo: «¡Oh gente! ¡Ve- nid a mí!» La gente se agrupó alrededor suyo y, entonces, dijo: «Amma ba‘d: De hoy en adelante esta comunidad de los ansâr disminuirá y otros aumentarán. Así pues, quien sea gobernante de la nación de Muhammad (B y P) y tenga poder para dañar a alguien o hacerle bien, que acepte lo bueno de los ansâr y tolere las faltas de sus mal- hechores»’.

 

XX • Si el imâm ve alguien entrando a la mezquita mientras pronun- cia la jutba, le ordena que rece dos rak‘ât

518. Ÿâbir bin ‘Abdullah dijo: ‘Un hombre lle- gó mientras el Profeta (B y P) pronunciaba la jut- ba del ÿum‘a para la gente. Le dijo: «¿Rezaste fu- lano?» El hombre dijo: No. Le dijo: «Levántate y reza, pues»’.

 

XXI • Al-istisqâ’ (la invocación a Dios por lluvia) en la jutba del ÿum‘a

519. Anas bin Mâlik dijo: ‘Una sequía azotó a la gente en la época del Profeta (B y P). Mientras el Profeta (B y P) pronunciaba la jutba del ÿum‘a, un beduino se levantó y dijo: ‘¡Mensajero de Dios! Nuestras posesiones se están perdiendo y nues- tros hijos tienen hambre; por favor, invoca a Dios (por lluvia)’. Así que el Profeta (B y P) elevó sus manos (invocando a Dios por lluvia). En ese mo- mento no había rastro alguno de nubes en el cielo. ¡Por Aquel en Cuya mano está mi alma! Ni bien bajó sus manos, las nubes se aglomeraron como montañas. Y antes de que baje del púlpito, vi las gotas de lluvia caer de la barba del Profeta (B y P). Llovió ese día, el siguiente, el tercer día y el cuar- to; hasta el siguiente viernes. El mismo beduino, u otro hombre, se levantó y dijo: ‘¡Mensajero de Dios! Nuestras construcciones se han derrumba- do y nuestro ganado se ahoga. Pide a Dios por nosotros’. El Profeta (B y P) levantó sus manos y dijo: «¡Señor nuestro! Alrededor nuestro y no so- bre nosotros». Y en cada dirección que apuntaba con su mano se abría una brecha entre las nubes. Medina quedó como un pozo entre las nubes y el arroyo de Qanát corrió por un mes. Todos los que llegaban de fuera de Medina relataban sobre abundantes lluvias’.

 

XXII • El silencio y la atención cuan- do el imâm pronuncia la jutba del ÿum‘a

520. Abû Huraira relató que el Mensajero de Dios (By P) dijo: «Si dices a tu compañero: ‘Qué- date quieto’, mientras el imâm pronuncia el ser- món, haz hecho una mala obra».

 

XXIII • Hay una hora especial el viernes

521. Abû Huraira relató también que el Men- sajero de Dios (B y P) mencionó el día del ÿum‘a y dijo: «Hay en él una hora especial en que todo siervo de Dios, rezando, pide algo y Dios se lo concede». Luego indicó con su mano lo poco que dura ese momento.

 

XXIV • Si algunos abandonan al imâm durante el salat del ÿum‘a

522. Ÿâbir bin ‘Abdullah dijo: ‘Mientras rezá- bamos con el Profeta (B y P), llegaron unos came- llos cargados de alimentos. Todos se dirigieron hacia los camellos y quedaron sólo doce personas con el Profeta (B y P); en ese momento se reveló la aleya: Y cuando ven el negocio o alguna dis- tracción corren hacia ello y te dejan plantado... (62:11)’.

 

XXV • El salat antes y después del ÿum‘a

523. Ibn ‘Umar relató que el Mensajero de Dios (B y P) solía rezar dos rak‘ât antes del dhu- hur y dos después; después del magrib rezaba dos

rak‘ât en su casa y después del ‘ishâ’ rezaba dos rak‘ât. Y no rezaba después de ÿum‘a nada hasta que llegaba a su casa, donde rezaba dos rak‘ât.

 

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