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Sahih Al Bujari

 

Libro de la Ablución 4


No se acepta la oración de quien no hace previamente la ablución (que inicia el estado del pureza, tuhur)
110. Abû Huraira dijo: ‘El Mensajero de Dios (B y P) dijo: «No se acepta la oración de quien co- metió un hadaz hasta que se haga la ablución (el wudû)»’. Un hombre de Hadramaut preguntó: ‘¿Qué es el hadaz, Abû Huraira?’ El respondió: ‘La emisión de ventosidades sonoras o silenciosas’.
II • La excelencia de la ablución
111. Abû Huraira relató: ‘Oí al Mensajero de Dios (B y P) decir: «El Día de la Resurrección mis seguidores serán llamados Al-Ghurr Al- Muhaÿÿalún (rostros y extremidades blancas) por las huellas de la ablución y quien pueda aumentar el área de su radianza debe hacerlo ».


III • No se hara la ablución por una duda si no despues de tener seguridad
112. ‘Abdullah Ibn Yazîd Al-Ansârî relató que preguntó al Mensajero de Dios (B y P) por la persona que se imagina sentir algo (como la sa- lida de gases intestinales) durante la oración. El Mensajero de Dios (B y P) respondió: «No aban- donará su oración excepto que oiga algo o sienta algún olor».
IV • Realizando una ablución leve
113. Ibn ‘Abbâs relató que el Profeta (B y P) durmió hasta que se oyó su fuerte respiración y luego se levantó para orar –o, tal vez, dijo: ‘Se re- costó hasta que se oyó su respiración; luego se le- vanto y oró–’.
V• Perfeccionando la ablución
114. Usâma bin Zayd dijo: ‘El Profeta (B y P) salió de ‘Arafat y se dirigió a un sendero de mon- taña; cuando tomó este sendero se detuvo a ori- nar. Luego, realizó una ablución sin demasiado es- mero. Yo le dije: ‘¡La oración Mensajero de Dios!’ El me respondió: «La oración será más adelante».
Así es que montó hasta que llegamos a Muzdali- fa. Allí, desmontó y realizó una ablución perfec- ta y con esmero. Luego se hizo al Iqâma para la oración y él rezó el magrib. Luego, cada uno sentó a su camello en su sitio. Luego, se hizo al Iqâma para la oración de la noche (Al-‘Ishâ’) y se reali- zó tal oración sin que haya oraciones voluntarias (entre ambas oraciones obligatorias)’.
VI • Lavarse el rostro con ambas manos tomando agua una sola vez
115. Ibn ‘Abbâs realizó la ablución de la si- guiente manera: Se lavó la cara: Tomó un poco de agua y con ella lavó su boca y su nariz, luego tomó otro poco de agua en su mano y juntando ambas manos se lavó así el rostro. Luego tomó otro poco de agua con su mano y se lavó el brazo derecho. Luego tomó otro poco de agua y se lavó el brazo izquierdo. Luego pasó sus manos mojadas sobre su cabeza. Luego tomó otro poco de agua con su mano y la roció sobre su pie derecho hasta lavarlo. Luego tomó otra poca de agua con su mano y se lavó con ella –su pie izquierdo–. Luego dijo: ‘Así vi que el Mensajero de Dios hacía la ablución’.
VII • Lo que se dice al ir al excusado
116. Anas relató que el Profeta (B y P) decía al entrar en el excusado: «¡Oh Dios! En Ti me refu- gio de los inmundos y las inmundas ».
VIII • Proveer agua en los excusados
117. Ibn ‘Abbâs relató: ‘En cierta ocasión, el Profeta (B y P) fue al excusado y yo le puse cerca un poco de agua. Después, el Profeta (B y P) pre- guntó: «¿Quién puso el agua?» Cuando se le in- formó dijo: «¡Oh Dios! Haz que sea un entendido en religión»’.
IX • La prohibición de orientarse hacia la qibla al orinar o defecar
118. Abû Ayûb Al-Ansâri relató que el Men- sajero de Dios (B y P) dijo: «Quien vaya a un es- pacio abierto a defecar que no se oriente hacia la Qibla, de frente o de espaldas. Orientaos hacia el oriente o el occidente ».
X• Defecar apoyándose en dos ladrillos
119. ‘Abdullah bin ‘Umar dijo: ‘Algunas perso- nas dicen: ‘Cuando vayas a hacer tus necesidades no te orientes hacia Makka ni hacia Jerusalén’. Yo les dije: ‘Una vez subí al techo de nuestra casa y vi al Mensajero de Dios (B y P) defecando apoyán- dose sobre dos ladrillos orientando su rostro ha- cia Jerusalén (pero había una tela cubriéndolo)’.
XI • La salida de las mujeres al excusado
120. ‘Âisha relató que las esposas del Profeta (B y P) solían ir a Al-Manâsi’ por la noche a hacer sus necesidades; y éste es un lugar abierto. ‘Umar solía decir al Profeta (B y P): ‘Que tus esposas se cubran con el velo’, pero el Profeta (B y P) no las obligaba. Una noche, Sawda bint Zam‘a, esposa del Profeta (B y P) salió a la hora del ‘ishâ (ora- ción de la noche) y era una mujer alta; entonces, ‘Umar le gritó: «Sawda, te he reconocido», hizo esto pues deseaba fuertemente que Dios revele la orden de usar el velo. Al tiempo, Dios reveló la or- den de usar el velo.
XII • Lavarse las partes privadas con agua despues de evacuar
121. Anas Ibn Mâlik dijo: ‘Cuando el Mensa- jero de Dios (B y P) salía a hacer sus necesidades, yo y otro muchacho lo acompañábamos con un recipiente lleno de agua’.
XIII • Portar un cayado junto con el agua despues de evacuar
122. En otro relato dice: ‘...Con un recipiente lleno de agua y un cayado. El solía limpiarse con el agua’.
XIV • La prohibición de limpiarse las partes privadas con la mano derecha
123. Abû Qatâda dijo: ‘El Mensajero de Dios (B y P) dijo: «Si bebe alguno de vosotros, que no respire dentro del recipiente; y si va al excusado que no toque su pene con su mano derecha ni se limpie con su derecha»’.
XV • Limpiarse las partes íntimas (despues de evacuar) con piedras (u otro material higiénico)
124. Abû Huraira relató: ‘Seguí al Profeta (B y P) cuando él decidió alejarse para hacer sus necesidades. No desviaba su mirada hacia los la- dos; cuando me acerqué a él, me dijo: «Búscame algunas piedras para poder limpiarme con ellas , y no me traigas huesos ni excremento de equino». Luego le traje las piedras que recogí en la punta de mi túnica; se las dejé a un lado y me alejé. Cuando terminó de hacer sus necesidades las uso.’

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